Hoy en día los nuevos profesionales tienen la necesidad de colaborar en proyectos donde se sientan 100% implicados y en compañías que representen muchos de sus valores individuales, lo cual, teóricamente debería reforzar el nivel de engagement del empleado e incluso reducir el nivel de rotación.
Nos encontramos en un entorno donde éste tiene el control total de su carrera profesional, lo cual representa, que cada vez más el individuo se muestra mucho más abierto a plantearse el cambio en base a aspectos como el continuo aprendizaje.
La RETENCIÓN DEL TALENTO cada vez es más complicada, pero ¿por qué hay que plantearse la retención del mismo?
No deberíamos plantearnos, como compañía, el desarrollo al máximo de las capacidades de cada uno de nuestros empleados, requiriendo en muchos casos que este salga de la organización para que pueda afrontar nuevos retos. Quizás este debería ser el pilar que fomente precisamente la retención del mismo, ¿no?
Como debería afrontar el área de Recursos Humanos este nuevo contexto profesional? Debería continuar siendo un área interna o como un negocio externo a la compañía?
